Las autoridades rusas restringen el acceso tanto a medios internacionales como a radios y televisiones locales, como la emisora Eco de Moscú y el canal Dozhd. Además, tuvieron lugar este viernes en Moscú operativos policiales en ONGs de defensa de los derechos humanos como la reconocida Memorial. RFI entrevistó a Marta Ter, autora del libro “Sistema mediático y propaganda en la Rusia de Putin”.
RFI: Rusia restringe el acceso a portales de noticias internacionales y se censuran medios locales. En Europa se decidió bloquear la cadena Russia Today. En paralelo de la guerra de terreno, ¿se está dando una guerra mediática?
Marta Ter: Siempre ha habido una censura bastante fuerte en Rusia respecto a los medios de comunicación mientras que en los medios estatales difunden la narrativa del Kremlin. Hasta ahora había unos medios más o menos independientes, que tenían cierto margen de maniobra, pero esto se ha terminado.
Hay una censura absoluta. Por ejemplo, la agencia estatal que supervisa los medios ha declarado que no se puede utilizar la palabra guerra ni invasión. Tienen que utilizar la palabra operación especial o, como mucho, operación militar y todos los medios que no hagan caso de esta orden van a ser bloqueados.
Radio Eco empezó a funcionar en 1991, justo después de la caída de la Unión Soviética, como un símbolo de la democracia que llegaba a la Rusia postsoviética y ahora la han bloqueado y cerrado.
RFI: ¿De ese modo se controla una narrativa?
Marta Ter: Así es. Por ejemplo ahora están diciendo que desde la Douma, el Parlamento ruso, se está trabajando para modificar el código penal para ampliar penas de prisión hasta 15 años para “los que difundan noticias falsas”. Para ellos, significa cualquier información que no venga de fuentes oficiales rusas.
Con esta lógica, si no sigues al pie de la letra lo que dice el Kremlin, te cierran y dejas de existir.
RFI: ¿El poder teme que el acceso a la información fomente la oposición interna?
Marta Ter: Los rusos están en estado de choc porque todo está pasando a un ritmo tan vertiginoso que no tienen tiempo ni de reaccionar. Es difícil imaginar como la oposición puede cobrar fuerza porque habrá una represión equivalente a lo que estamos viendo en términos de escalada militar en Ucrania.
Si la gente sale más a las calles es posible que haya muchos más arrestos. No veo que pueda haber un movimiento ciudadano capaz de hacer cambiar ahora mismo el rumbo belicista que están tomando las políticas del Kremlin.
Fuente Radio Francia Internacional