Con Joe Biden ha llegado la buena onda al G7 tras el huracán Donald Trump, que arrasó en sus últimas cumbres dejando tras de sí una estela de melodrama, perplejidad y caras descompuestas entre los aliados tradicionales de Estados Unidos.
El presidente demócrata participa en su primera reunión del G7 desde que llegó a la Casa Blanca en enero pasado y con él este foro se ha convertido en un remanso de paz.