Ramón Camacho, Gracias Papa

” Tus brazos se enlazaban en mí torso y los míos en el tuyo y simultáneamente tierna y delicada me susurrabas al oído que mientras tú y yo vivieramos a mí lado siempre estarías; pamplinas, ilusiones ingratas, pasajeras que alzan el vuelo a alumbrar a llevar sueños y rendirse en otro desventurado e incautó enamorado quien también recibirá, inocente, el aguijón certero de flecha envenenada, cicuta que aniquila, mata el alma y el espíritu del hombre embelesado por tu ilusorio amor.”

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