Brasilia (EFE).- A tres días de las elecciones en Brasil, el presidente Jair Bolsonaro gasta sus últimos cartuchos en un esfuerzo por convencer al electorado y revertir la ventaja que todos los sondeos le dan al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
Buena parte de la munición que le resta al capitán de la reserva del Ejército ha sido dirigida contra la justicia electoral, a la que intenta desacreditar desde hace más de un año, cuando las encuestas comenzaron a detectar el favoritismo de Lula, a quien se le atribuye hoy una ventaja de entre cuatro y siete puntos de cara al domingo.
Este jueves, en una barriada popular de Río de Janeiro, Bolsonaro insistió en que Lula encarna la «corrupción» y el «comunismo», algo en lo que ha insistido en esta campaña, pero no hizo referencias directas a su último y virulento ataque contra el sistema electoral, que esta semana ha sido una constante en sus pronunciamientos.
Cuestionamientos al sistema electoral
Ante los ataques de Bolsonaro, un grupo de abogados afines llegó a acudir a la Fiscalía General para pedir la suspensión de las elecciones del domingo, pese a que ese extremo no está siquiera contemplado en la Constitución brasileña y fue descartado hasta por la propia campaña del mandatario.
El asunto, de todos modos, reavivó las tensiones que existen en torno a la posibilidad de que Bolsonaro, como ya ha insinuado, no reconozca el resultado del domingo en caso de una derrota, tal como hizo Donald Trump, por quien profesa una pública admiración, en las elecciones de 2020 en Estados Unidos.
De hecho, según Bolsonaro, si se comprobase esa irregularidad, se estaría frente a una «manipulación» del electorado que tendría como «único objetivo» favorecer a Lula.
Lula, con cautela
Por su parte, el candidato progresista celebró en privado su cumpleaños 77, pero sin mucho aspaviento, pues optó por dedicar la jornada a prepararse para el último debate de la campaña.
Este postrero cara a cara con Bolsonaro será la noche de este viernes en el canal de televisión Globo, el de mayor audiencia en el país, y para ambas campañas puede ser decisivo para dirigirse a un universo de indecisos que las encuestas calculan en torno a un 10 %.